En este apartado, detallaremos por categorías, alfabéticamente todos los estilos posibles, se mantendrán actualizaciones constantes.
Podríamos situar el punto de partida de la electrónica aplicada a la música a partir del manifiesto futurista de Marinetti (1910), cuyos postulados se extenderían rápidamente al mundo de la música (y de otras disciplinas artísticas), tal y como reflejaron pioneros como Luigi Russolo, Varése, Joe Meek, Martenot y muchos otros.
Pero la primera composición electrónica en sí pertenece a Robert Meyer y Herbert Eimert, y su posterior difusión, a la figura de Stockhausen. Estamos hablando de la prehistoria de la electrónica, y de los primeros en atreverse a proponer un nuevo lenguaje y una nueva estética aplicada a la música, en un momento en que aún estaba todo por hacer.
El hombre máquina
Damos un salto cualitativo para situarnos en los inicios de lo que hoy conocemos como electrónica, lo cual nos lleva a realizar parada obligatoria en Düsserdorf y particularmente, en la figura de Kraftwerk. La aplicación total y definitiva de los nuevos instrumentos a la música es responsabilidad de los fundadores del grupo, Ralf Hütter y Florian Schneider. Ellos dotaron de alma a las máquinas que utilizaron durante su trayectoria, en la que incorporaron además elementos pop en sus composiciones, hoy son consideradas como clásicos indiscutibles del género. Sin embargo, hemos de nombrar, aunque sólo sea de pasada, a formaciones como Neu!, Tangerine Dream, Can o Brian Eno, importantísimos responsables de este caldo de cultivo.
Corazón de techno pop
A finales de los 70 y durante la década de los 80, se instaura con fuerza el techno pop, o la muestra tangible de que la sombra de Kraftwerk es más que alargada. Trabajos fundamentales son los de Throbbing Gristle, Cabaret Voltaire o Chris & Cosey, pero en el enfoque posterior hacia propuestas masivas son fundamentales las aportaciones de Depeche Mode, Yazoo, The Human League, Ultravox, Soft Cell, Visage y muchos otros que se encargaron de difundir al máximo los preceptos del synth pop, en un movimiento que se haría conocido con el nombre de nuevos románticos.
House music all night long
La música electrónica tuvo otra de sus fuentes de expresión (esta vez directamente aplicada al baile) en la música disco, a partir de artistas como Giogio Moroder, Evelyn Thomas o Gloria Gaynor. Pero a partir de su declive, se va instaurando de forma imparable el fenómeno de la house music de la mano del que sería su padrino, el mítico Frankie Knuckles, quien ejerció como DJ en un club tan referencial para el género como él mismo: el Warehouse de Chicago. La época está marcada por éxitos primigenios por parte de Marshall Jeferson, Steve "Silk" Hurley, Farley Jackmaster Funk o Fingers INC, definiendo un estilo que derrocha hedonismo, espiritualidad y buen rollito entre sus adeptos.
"Sonría, por favor": llega el Acid House
El Acid House, la expresión más alucinada y escapista del estilo, nace con el uso del emblemático generador de bajos Roland TB-303, utilizado por primera vez por Phuture. A partir de la manipulación de sus controles, se conseguían unas transformaciones en sus sonidos realmente sorprendentes que marcarían la seña de identidad más clara del acid. Rodeado de una gran polémica por motivo de las raves ilegales que se celebraban en Inglaterra (a pesar del surgimiento del acid en los Estados Unidos, tuvo una especial relevancia en el Reino Unido) y del consumo de psicotrópicos por parte de los que acudían a ellas, fue objeto de una persecución implacable por la policía. Como héroes, hay que citar a Humanoid, Jolly Roger, D-Mob o A Guy Called Gerald. Su grito de guerra: "Acieeeeed!!"
La era Techno
El techno como tal, surge en Detroit a partir del trío de amigos Kevin Saunderson, Derrick May y Kevin Saunderson. En el techno de Detroit, estilo con evidentes conexiones con las sonoridades de Kraftwerk y el funk de George Clinton, es unánime reconocer a Cybotron o Model 500 como parte de los estandartes de esta nueva mutación de la electrónica. Pero como ejemplo de su extensión a las masas, cabe citar el proyecto Inner City (del que formaba parte Kevin Saunderson), que barrió literalmente en las listas con las magníficas Good life o Big fun. Y por supuesto, no podemos dejar de nombrar los sellos Metroplex, Planet e, +8 o Underground Resistance. De todo este contexto surgirán artistas como Jeff Mills, Carl Craig o Richie Hawtin.
Música para las masas
El reflejo masivo de todo lo que se había estado cociendo a niveles más underground tiene su reflejo en un buen número de grupos que se han inflado de hacer bailar al personal por todo el mundo, agrupados muchos de ellos en la etiqueta del eurobeat. Technotronic es uno de los grupos que de mejor modo ha combinado la inmediatez pop con sonoridades house y techno (recuérdense sus éxitos Pump up the jam o Get up), y ahí quedan también los himnos dance de 2 Unlimited, Snap, Jam & Spoon, M People, Black Box, Culture Beat, Ace of Base y muchos más que hicieron populares algunos de los parámetros de estilos como el house y el techno, pero también del hip hop o el raggamuffin.
Funk soul brother (o cuando el rock se vuelve electrónico)
En principio irreconciliables, rock y electrónica en sentido amplio se dan la mano y comienza así un noviazgo que tira por tierra muchos de los prejuicios de ambos estilos para crear algo nuevo y fresco. El punto de partida lo ponen la escena de Manchester (que, contagiada directamente por fenómeno acid house se rebautizaría como Madchester) y Adrew Weatherall produciendo el fundamental Screamadelica de Primal Scream. A partir de allí, ya se conoce la historia, que recorremos a grandes zancadas: éxito para grupos como The Chemical Brothers, Prodigy, Propellerheads y el surgimiento del big beat (denostado como música para rockeros reciclados y hooligans cerveceros): los himnos de Fatboy Slim, las referencias de los sellos Skint y Wall of Sound, grupos como Monkey Mafia, Bentley Rhythm Ace o Bassbin Twins son algunas de sus claves.
Bienvenido a la jungla: diversidad en los 90
Dejando aparte el big beat, en los 90 se da la consolidación de una gran cantidad de géneros y subgéneros asociados a la electrónica: Acid jazz (con representantes como The Brand New Heavies, Galliano, Brooklyn Funk Essentials o Young Disciples y dos sellos principales: Acid Jazz y Talkin' Loud), Trip hop (Encabezado por Massive Attack, Tricky y Portishead), Drum ´n´ bass (con Goldie como cabeza visible, al que hay que sumar nombres como LTJ Bukem, Photek o 4 Hero), el hip hop instrumental (Dj Shadow es su máximo exponente, al que siguen Dj Krush, Kid Koala o los magos del giradiscos Rob Swift, Mixmaster Mike o Scratch Perverts) y las facciones experimentadoras por parte de artistas como el inclasificable Aphex Twin, así como el resurgimiento de las corrientes easy listening de la mano de artistas como Towa Tei (ex Deee-Lite) y Dimitri From Paris, además del surgimiento de la electrónica chic o french groove, con Motorbass, Etienne de Crecy, Cassius, Daft Punk o Air a la cabeza. También ha sido la década en que Underworld y Orbital, ambos incorporando esquemas del pop y el rock a la cacharrería digital, han conocido el éxito masivo.
'Indietrónica', 'electroclash' y el momento 'laptop'
Los últimos años han estado marcados por una serie de artistas que han tenido en el ordenador portátil (o laptop) su principal herramienta, y por el uso del error digital como fuente sonora, a saber: los pops, clicks y demás sonidos derivados de un mal funcionamiento en un proceso en concreto, se samplean y utilizan como un sonido más, que puede sonar percusivo pero también impregnar la melodía de toda la composición. Dentro del llamado clicks and cuts pueden encontrarse gran cantidad de ejemplos, y también en el subgénero clickhouse, del que Isolée es uno de los principales estandartes. Pero también asistimos al nacimiento de la indietrónica, o la comunión entre los postulados electrónicos más arriesgados y la sensibilidad pop, como demuestran múm, Donna Regina, Lali Puna y Dntel.
Pero como (pen) última vuelta de tuerca, tenemos el electroclash y el glitchcore: lo primero es un contagioso revival de los postulados techno pop de los ochenta (su himno indiscutible es Emerge, de Fischerspooner) y sobre lo segundo, imagínense lo mencionado antes de los clicks and cuts pero acelerado y llevado al límite, sin ningún miramiento ni vocación melódica y con clara actitud punk. Los interesados, pueden consultar los trabajos de Cex, DAT Politics o Kid 606.
Communications) ni, por supuesto, al colectivo que gira en torno a Novophonic de la mano del genial Javi Pez. En los últimos años han surgido creadores como Silvania (otros que han congeniado con reputados productores foráneos como Seefeel), HD Substance, Telephunken, Stigmato INC, Watch TV, Doméstic, Wagon Cookin', Carlos Jean (en una línea de mestizaje latino) y muchos otros que han dejado bien claro que aquí también sabemos manejar un sampler y un secuenciador.
Para terminar, citaremos a bandas como L-Kan, Chico y Chica, Hidrogenesse, Ciëlo o Ellos, en una marcada línea techno pop aunque cada uno de estos grupos imprima sus señas de identidad personales, y a DJs como Ángel Molina, Oscar Mulero o Sideral, quienes han gozado del éxito en las mejores cabinas tanto nacionales como internacionales. La juventud baila.